Este lugar constituye una de las zonas más templadas y secas de Mallorca. Encontramos acantilados rectilíneos y abruptos. Este tipo de terreno permite la constitución de cuencas endorreicas que generan charcas de poca extensión, de carácter temporal, y que no superan los pocos metros cuadrados. Estas charcas son de gran interés para la fauna y flora, destacando la presencia de invertebrados, como Triops cancriformis, del anfibio Bufo viridis balearica y del helecho acuático endémico Marsilea strigosa. El paisaje vegetal de este lugar es un mosaico abigarrado de cultivos de secano, con una mezcla de cereal y almendro, principalmente, matorrales mediterráneos y algunos pinares.